domingo, 30 de abril de 2017

Lucrecia tempestas praenun-tientur


Donna Bella [dona bela]

¡Qué!, ¿De que púlpito se cayo el obispo?

Que la Bazan quiere saber
Si saca ya la ropa
Empieza por fin la siembra
O deja ya de coser.

¿No es ella, la que predice el tiempo?

Mas bien las tormentas de Adviento.
Vos del mar de Alborán.

Viene con regalías o de balde.

Vino blanco, castañas y bonita estola.

Pues tendremos que acertar.
Id a buscar al erizo
Despertarlo con paciencia
Y veremos si la sombra
A lo si o a lo no, proyecta.

¿Sabéis sí es diem sextum ante kalendas?

Bis sextum no es.

Traedme el Kalendarium
De seis días por semana
y treinta dias por mes.

¿Por cierto, como se ve en Roma mi reforma del kalendarium?

Lo de setenta y tres semanas por año, no ha gustado
También les sasustado
quel die del señor caiga en seis.

Con lo facil que sería
Treinta dies por mes
Mas cinco dies de adviento
Todos los domingos los seis.
Los doce y treinta de cada mes.

La perezosa Roma a que espera,
Con su kalendarium Lulianum
Nueve dies lleva el sol retrasado
Y pronto al punto, serán diez.

Me adenlanté a vos de vero
Aquí tenéis el kalendum de a seis
Seran diez dies proficiscentur
In domine deum del quince idus martiio
Del mil equinientos iochenta idos.
Justo nos quedan annos centum.

Que malo es conocerse
Y que bien me conocéis.

Hora es de porfiar in tempore
Os dejo pues pronosticar.

Puesto que el sol
sonríe semper annum
Sigue haciendo y hará malo
Y quiere nevar y no ha nevado
El invierno comenzado.

Hacérselo saber, de vos me fio
Que la Bazán siga con ropero de abrigo
Tres semanas la siembra a más retrase
E luengo nevara, a los idus helara,
Y luego lloverá todo el invierno.

Enviad un collar turquesa
Que se note que la precio.
Y que si no pone remedio
La haran coronar Marquesa.

Mucho es eso predecir.

Hacerselo guarnecer con franjas
Con verso branco no preto
Y destas palabras desto zanjo
E agora que su nieta aprieta
¡La mas grande de nosotras!
La Foix coronara en su naranjo.

A la matina sigueinte
Pasada la hora nona
Ante todos los presentes
Si ceremoniar al rito sigue
Lucrecia descubrió al erizo.

Lo beso, lo miro a los ojos,
Lo alzo a los cuatro vientos
Y con pantomima anuncio.

¡Puesto que el sol bajo sonríe
Y su sombra ha proyectado
Y quiere nevar y no ha nevado
El invierno comenzado!.

E dicen las malas lienguas
Que otrora por bruja acertó,
Pero en su cabecita pensó
Qué casualidad que a mitad de invierno
Por las sombras pavisosas de un erizo
Hiele, nieve y salga el sol.
¡Estoy rodeada de idiotas!


De: Lucresia Mataplana Rogers da Mila, condesa del Pallars
. Usurpadora de Lucifer en la tierra

Todos los derecho reservados de edición.
#1

sábado, 15 de abril de 2017

Lucifer a Lucrecia no la quiso

Mujer, para quien los cielos, crearon
Alguno de los retos e peligros
Que hoy solo centauros, Titanes, que digo
Se se atreven, se atrevieron, o atrevido.


Mujer de cuervo vestido
Mujer de pálido hueso
Linea de torcaz ceñida
Silueta de porte tieso.


Su mirada contumaz, felina
Mujer de cuervo vestido
Frente de arrugado seso
Demente atroz al escrutinio.


Lo que para nosotros es avaricia
Para ella es amontonar
Lo que para nosotros es desidia
Para ella es reposar
Lo que para nosotros es duro
Para ella amortiguado
Lo que para nosotros es castigo
Para ella es deliciosa
Lo que para nosotros es folgar
Para ella es olgar
Lo que para nosotros es dura
Para ella es flacidez
Lo que para nosotros es pecado
Para ella es deseo, amontonado
delicioso, amortiguado.



Esa mujer tiene todas las virtudes
Que el entendimiento proporciona.
Lo que en ella es hulmildad
Lo es por desprecio cierto
De un animal fiero pequeño
Al que se pudiera pisar
Y ni siquiera te molestas.


Pero si se enfrentan en el bosque
Dos de esas fieras terribles
Esgrimen garras, zarpas y dientes
Ni humildad, ni bondad, si no ira.
Solo el respeto de una dentellada
Certera de su mandila
Directa a la yugular.


Primero van de tanteo
Con ironía y sarcasmo
Las manos revierten en garras
El empeine convertido en pezuña
Los brazos en alas curvas
Los codos en espolones
Y las pezuñas dan coces.


Es fácil verlas al compás
Dar atrás las dos un paso
Percatarse y comprobar
Si arbolean tu cabeza
En el pico de su espada.


Se deleitan con tu sangre
Entre dientes y colmillos
Sacar la lengua y relamerse
siendo tu el carmín de labios.


Se dice que estará en los cielos
Quél diablo no la quiso
Visitando los infiernos
Dio con tanta controversia
El mismo Belcebu, le dijo:


Dejad los infiernos tranquilos
Subid, quizá el señor del cielo
Tenga tamaña paciencia.
El día que parta Lucrecia
Lucifer organizara una convite.


Que aquí maldad nos sobra
Si completáis la mitad, la llena,
y el infierno a rebosar.
Y así dejara de hospedar
Animas de mala conciencia.


Rara fiera animal raposa
Expulsada tendréis que iros
para castigo de los hombres
Quiera Dios, Siquiera aguante..


Nadie jamas creyo pudiera portar
Tamaña maldad, si acaso de forma,
infernal en tan pequeña testa.
El dia que Lucrecia marcho
Lucifer organizo una fiesta.


Maldita mujer, exclamo Lucifer
Nos ha dejado helados.
Habra que encender una hoguera
Para calentarse las manos.