jueves, 2 de diciembre de 2010

La vanidad nos traiciona

Asunto: La vanidad nos traiciona
Rizos la falsa modestia es soberbia , la sobriedad de ideas a veces se confunde con la humildad, Darwin tubo terminada su teoría 30 años antes de publicarla y darla a conocer, algo que no perdono, mejor nos habría ido si al volar con sus brillantes ideas hubiese abierto la boca y se hubiese dejado caer a la tierra, un poco de vanidad no le hubiera venido mal, imagínate que Fleming se hubiera cayado

"La vanidad hace siempre traición a nuestra prudencia y aún a nuestro interés"
Jacinto Benavente


Cuenta una antigua historia que una rana muy presumida vivía en una hermosa charca. No le faltaba comida ni compañía, pero no se sentía satisfecha. Cada mañana observaba durante un largo rato su reflejo en el agua, maravillándose de su propia perfección. Y soñaba con viajar a un lugar más cálido, donde supiesen admirar adecuadamente sus muchas cualidades. Al cabo de unas pocas semanas, unos gansos viajeros le sugirieron que emigrara con ellos hacia el soleado sur. Pero había un pequeño inconveniente: la rana no sabía volar. "Dejadme que piense un momento" -dijo la rana-, "seguro que mi cerebro privilegiado encontrará una solución".

Fiel a su promesa, pronto tuvo una idea. Pidió a dos gansos que le ayudaran a buscar una caña ligera y fuerte y les explicó que cada uno tenía que sostenerla por un extremo. Ella se puso en medio, y se agarró a la caña mordiéndola con la boca. Con mucho cuidado, las aves emprendieron el vuelo. Así comenzaron su travesía. Todo iba según lo previsto cuando, al poco rato, pasaron por encima de una pequeña población. Los habitantes de aquel lugar salieron para ver el inusitado espectáculo. Nunca habían oído hablar de ranas que volasen, y menos utilizando un medio de transporte tan ingenioso.

Elevando la voz, un aldeano curioso preguntó: "¿A quién se le ocurrió tan brillante idea?" Al escucharle, la rana no pudo evitar que se le escapara la orgullosa e inmediata respuesta: "¡A mííí!". Su vanidad fue su ruina. Aquellas fueron sus últimas palabras. En cuando abrió la b oca, se soltó de la caña... y cayó al vacío.
La vanidad se caracteriza por comportamientos arrogantes y un deseo excesivo de ser admirado por los demás. Así la vanidad está presente en cada uno de nosotros y se manifiesta en multiples circunstancias. Nadie se salva de sufrir un ataque de vanidad. La vanidad forma parte de un mecanismo íntimo y universal del ser humano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario