lunes, 30 de mayo de 2016

El jardin de hierbas de Romeo y Julieta

Antes de que el Sol en el cielo avance
y seque el humedo rocio del dia
antes de que su ojo abrase la abadia
su calor se arroje y avalance
a la cesta de hierbas recogidas.

La tierra que es la madre de la vida
lo es tambien de su oscura tumba.

Es su fosa sepulcral, es su materno seno
y nacidos de el y criados a sus pechos
y todos no obstante tan diversos.

¡Oh! Inmensa es la gracia poderosa
donde hallamos seres de especies tan diversas
excelentes muchas por sus muchas virtudes
que residen en las plantas o las hierbas.

Nada tan vil sobre la tierra existe
que no rinda en pleitesia beneficio
recolectarlas hasta ahora es mi oficio
aunque alguna por demas se me resiste.

Nada tan vil ni cosa buena
que no rinda a la tierra su tributo
planta desviada a su noble uso
que trastorne el origen o principio
si la dejas caer en el abuso.

Dentro del cáliz de esta tierna flor
reside su veneno y beneficio
su poder y su virtud le es al vicio
aplicada de forma desastrosa.

Oliendola su fragancia nos deleita
a cada una de las partes o de todas
pero libana como tierna mariposa

paraliza la garganta agarrotada.

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